El Favole Tarot destaca el arte gótico, realizado por la ilustradora española Victoria Frances.
Las cartas son oscuras y a la vez románticas, pero algo tristes - inlcuso la carta del Sol tiene un sentimiento de desolación.
Mientras las ilustraciones de los arcanos mayores, siguen la tradición europea, en los arcanos menores se repiten las escenas. La pintora Victoria Francés ha ilustrado este bello tarot, que narra la historia de amor de Favole y Ezequiel, dos vampiros con forma humana.
Cuentan que los vampiros son sólo blasfemias inventadas de mentes atacadas por los excesos y por el temor de las sombras de cementerios y bosques. Y que no hay amor que pueda sobrevivir a la muerte física. Sin embargo, también hay seres que creen que los vampiros estuvieron, antaño entre nosotros. Que la muerte es sólo un estadio y que la pasión permanece mucho más allá de los latidos del corazón.
Aqui os presento a Ezequiel un poderoso vampiro.
El cual convierte con un mordisco fatal a Lavernne en reina del lodo y los pantanos.
Mas tarde conoce a Marquise una joven ruamana enamorada de un angel de piedra y su violin,la cual enseña a Ezequiel en el arte del violin ,y la cual tambien cae presa de su abrazo vampírico.
Y por ultimo conoce a Favole una joven pelirroja, la doncella veneciana a quien Ezequiel rescata de una terrible muerte bajo una tormenta de nieve.
Despues de un tiempo Favole regresa a su ciudad natal embebida en el recuerdo de su amado Ezequiel.Allí ve pasar los años, sola o con la compañía del pequeño y esquivo Sacha, que la esquiva por los rincones. Entre marionetas y carnavales, Favole añora a su vampiro, ahogada por la melancólica de la ciudad de venecia.
Favole, la imagen que no lograba quitarse de encima Ezequiel, el vampiro que suspiraba, cada noche por aquel rostro.
Luego aparece Ebony, una joven bruja abandonada en los bosques desde su infancia debido a la intolerancia y el fanatismo de la Inquisición. En su camino, y tratando de seguir los pasos de Ezequiel, aparece Favole. La doncella veneciana convertida en espectro termina por pedirle a Ebony la clave para encontrar a Ezequiel, y ésta le reclama un beso a cambio. Así, el beso vampírico convierte a Ebony, que utiliza sus nuevos poderes (una vez Favole la ha abandonado) para consumar su venganza contra los habitantes de su antigua aldea.
Favole se dirige hacia tierras rumanas donde segun Ebony reposaba su amado Ezequiel.
Por el camino, ella se cruza con Abel, el hijo de Marquise (La chica enamorada de un angel de piedra) convertido en vampiro,Él mismo le informa del paradero actual de Ezequiel, y le entrega el Necross, el amuleto que le conducirá hasta su amado vampiro.
Favole continúa su camino por Rumanía en pos de Ezequiel, y en La dolorosa. Dulce epidemia se encuentra con las Hadas del Desamparo, hermosas ninfas de los bosques entre las que reina Lavernne (La chica que convirtio ezequiel en la reina del lago). De la mano de Anna, una doncella de cabello castaño y ojos azules, Favole logra despertar a Lavernne, que le proporciona una enigmática información sobre el Necross.
En su busqueda tras Ezequiel se encuentra a Perséfone, una niña enferma que juega y canta en una extensión de nevadas perpetuas. El día de su florecimiento, aparecen ante ella Favole y Angelique. Una en el papel de hambrienta vampira y la segunda como una especie de oscuro y dulce ángel de la muerte.
"... Favole..., y su nombre resuena en cada rincón del castillo, martilleando el corazón helado del monarca afligido. Ataviado de luto, se dejó llevar hasta los abismos más recónditos de su nostalgia, y en su memoria encomendó el lastimoso recuerdo de aquella dama, traduciendo sus lágrimas de sangre en la pérdida de su más preciada joya."
concluye la historia de Favole y Ezequiel, finalmente reunidos en un castillo rumano donde él reúne a su corte vampírica y toca desenfrenadamente el violín. El Necross, entregado por Abel a Favole, cumple la misión que había señalado Lavernne y la historia, pese al ominoso y melancólico que respira, termina con cierta felicidad, incluso para el jovencito Sacha. Al final, la tristeza la guardan únicamente los ángeles de piedra.
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