sábado, 18 de junio de 2011
BUCIOS
El diloggun u oráculo de los caracoles se usa para adivinar, para saber y para pedir consejo. Por ellos hablan los dioses lucumíes. Pueden ser consultados por todos los santeros y santeras.
La adivinación se hace en el suelo, sobre una estera, estando el santero y el creyente, descalzos. Luego de un complicado ritual, el santero le pide al creyente que escriba en un papel, su nombre y fecha de nacimiento. Entonces invoca a Olodumare, a los muertos, a los orishas. Entonces sopla los caracoles para darles aché, o sea, poderes sobrenaturales. Finalmente, le pide al cliente que también lo haga.
El santero tira los caracoles en la estera. Y cuenta los que han caído con la abertura natural hacia arriba. Las diferentes posiciones en que pueden caer los caracoles, se llaman Letras, Odus o Orduns
Este ordun, como todos, tiene un refrán.
A continuación, el santero vuelve a tirar los caracoles, interpreta cuidadosamente y pasa a explicar y a interpretar el significado.
Y así sucesivamente, van saliendo y formándose las diferentes letras, orduns u odus, con sus nombres: Okanasorde, Eyioco, etc., que el sacerdote interpreta. Además, cuenta con los misteriosos significados que tiene cada ordun, los dioses que están hablando por el caracol y señala el ebó (sacrificio) que debe hacerse para conjurar los males. Mientras más experimentado es el santero, mejor interpreta el caracol.
De los 16 odus que pueden ser formados, sólo 12 pueden ser leídos por el santero. El 13, el 14, el 15 y el 16 sólo pueden ser descifrados por el babalawo.
Debemos aclarar que en los caracoles, Iré significa esperanza, lo bueno. Y que cuando hay Iré, las cosas van bien en la adivinación. Pero si hay Osobo, hay aspectos desfavorables, en lo que están diciendo los caracoles. Osobo significa mala suerte. El santero sabe como conjurar la mala suerte.
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